flores de bach y aromaterapia para el otoño

Botiquín casero con aceites esenciales II

Usando los aceites esenciales en el día a día

La Jara

El verano pasado me llevé uno de esos porrazos tontos que solo pasan cuando vas confiada. Iba en la moto, y de repente… patinazo, susto, suelo. Nada grave, pero ya sabes: dolor, raspazo bonito en el brazo, moratones, en fin…, te lo puedes imaginar.

Al llegar a casa me di cuenta de que no tenía ni agua oxigenada ni nada convencional para limpiarlo. Pero si algo bueno tiene una casa en la que conviven plantas, aceites y frascos, es que siempre hay alternativas. Así que tiré de mi botiquín natural: el hidrolato de jara.

La Jara es una maravilla: cicatrizante, antimicrobiana, suave con la piel y perfecta para desinfectar sin escocer. Mojé bien una gasa y limpié la herida con hidrolato, varias veces, hasta que quedó bien limpita. Ni picor, ni ardor, ni nada. Mano de santo.

Después, cuando la piel ya no estaba sangrando, tocó el turno del aceite esencial de jara. Igual de potente, pero concentrado. Lo fui aplicando por los bordes y alrededor, sin ponerlo directamente sobre la herida abierta. Y oye… la evolución fue espectacular: dejó de escocer pronto, cicatrizó rápido y no se infectó en ningún momento.

Podía haber sido un golpe sin más, pero me recordó algo importante: cuando conoces las plantas, no solo te curan… también te acompañan cuando no tienes nada más a mano.

Y un año después aunque ya no me duele pero me ha quedado una pequeña cicatriz, y cada vez que la miro me acuerdo de
que la naturaleza siempre está ahí, esperando que la escuches y la uses.

Y esta vez, la jara fue mi enfermera de guardia.

La Siempreviva y el Romero qt. Alcanfor


Además de este aceite, hay otras plantas maravillosas para tratar moratones y hematomas.

Este verano mi marido y yo nos fuimos a un parque de atracciones acuáticas y volvimos, digamos, un poco magullados, y recordando lo bien que me había funcionado la jara en mi accidente anterior, volví a rebuscar dentro de mi botiquín y eché mano de dos maravillosos aceites esenciales, como la Siempreviva, conocida por sus propiedades antihematomas, y el Romero Qt. alcanfor, que ayuda a activar la circulación y acelerar la recuperación, además de ser ideal como descontracturante por sus propiedades miorelajantes.

Aplicarlas de manera tópica sobre la zona afectada puede hacer que los moratones se desvanezcan antes y que la piel se sienta más aliviada.

Pequeños cuidados naturales como estos pueden marcar la diferencia frente a un golpe inesperado, combinando limpieza, protección y regeneración con plantas y aceites que tenemos al alcance.

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