Impatiens en vena
Y lo que aprendí de ser impulsiva
En casa del herrero, cuchillo de palo.
He pasado años hablando de las virtudes de las Flores de Bach, y justo la que más necesitaba… ¡no la usé yo!
Me pudo la impaciencia
Quería resultados ya, visitas ya, registros ya… y como no llegaban, me cabreé, le di al botón rojo y borré mi canal de YouTube, esta web y el resto de mis redes sociales. Sin pensarlo, solo con la rabia del momento.
¿Por qué?
Porque sentía que invertía muchísimo tiempo en crear: pensar vídeos, grabarlos, subirlos… y nada. Las visitas no llegaban, los seguidores tampoco, y yo esperaba recompensas inmediatas. Al no verlas, me frustré.
Hoy me arrepiento, sí. Pero también he aprendido.
El problema no era YouTube ni el algoritmo: era mi impaciencia. No supe darle a mi proyecto el tiempo que necesitaba para florecer.
Lo que entendí después
👉 Primero hay que asegurarse el sustento, tener una base estable (en mi caso, un trabajo que disfruto).
👉 Desde ahí, crear sin expectativas, disfrutando el proceso, sin la presión de que “esto tiene que funcionar ya mismo”.
Borrar el canal, la web y las redes fue un error, pero también una lección.
Ahora sé que, cuando vuelva a crear contenido, lo haré desde otro lugar: más relajada, más paciente y sin la obsesión de los números.
Porque al final, las prisas me quitaron un canal… pero la calma me devolvió la ilusión.
Y la próxima vez que me entren las ganas de resultados inmediatos, mejor me tomo Impatiens 😅.
El preparado que debí tomar
Además de Impatiens, otras esencias me hubieran venido muy bien aquellos días:
- Vervain, para la impulsividad mezclada con rabia.
- Cherry Plum, para no perder el control.
- Holly, para la ira.
- Wild Oat, para el desánimo.
- Larch, para la frustración.
¿Y qué pasó con el material?
Por suerte tenía mis copias de seguridad, pude recuperar la web y algunos vídeos siguen vivos. Están de nuevo enlazados a algunas de las entradas del blog y he podido crear de nuevo el canal llamado igual, @lasterapiasdeinma como archivo de esta web.
